Trabajar en altura no admite errores. Las caídas son uno de los accidentes más graves y frecuentes en sectores como la construcción, la limpieza industrial o el mantenimiento de infraestructuras. Por eso, contar con un buen sistema de protección para trabajar en altura es clave para garantizar la seguridad y cumplir con la normativa. Hoy analizamos dos elementos esenciales: el arnés y la línea de vida.
¿Qué es un arnés y cuándo se utiliza?
El arnés de seguridad es una pieza básica dentro del equipamiento de protección individual. Se ajusta al cuerpo del trabajador, distribuyendo la fuerza de una posible caída y evitando lesiones graves. Es un sistema que necesita estar conectado a un punto seguro mediante una línea de vida.
Existen distintos tipos de arneses, según el tipo de tarea que se realice:
- Arneses anticaídas, diseñados para detener caídas libres.
- Arneses de sujeción, ideales para tareas que requieren estabilidad sin riesgo de caída.
- Arneses de suspensión, empleados en trabajos verticales como limpieza de fachadas o rescates.
Elegir el arnés adecuado depende del tipo de trabajo, la frecuencia de uso y el entorno en el que se realiza la actividad.
¿Qué es una línea de vida y por qué es indispensable?
La línea de vida es el sistema que une al trabajador, a través del arnés, con un punto de anclaje fijo o móvil. Su función es evitar o detener una caída en el menor recorrido posible, reduciendo el impacto y salvaguardando la integridad del usuario.
Las líneas de vida pueden ser:
- Horizontales, cuando el recorrido del trabajador es lineal.
- Verticales, ideales para escaleras o estructuras en altura.
- Retráctiles, que ajustan la longitud automáticamente y limitan la caída.
El uso de una línea de vida es obligatorio siempre que exista riesgo de caída desde más de dos metros, aunque dependiendo del sector, esta cifra puede ser incluso menor.
¿Arnés o línea de vida? Ambos son imprescindibles
A menudo surge la pregunta: ¿es mejor usar arneses o línea de vida? La respuesta es clara: se trata de combinarlos correctamente. El arnés sin línea de vida no puede evitar una caída, y la línea de vida sin un arnés no tiene ningún punto al que sujetarse.
Mientras que el arnés es el componente que va sobre el cuerpo del trabajador, la línea de vida es el sistema que conecta a esa persona con un punto seguro. Juntos forman un sistema de protección anticaídas que cumple con los estándares más exigentes en ropa de seguridad y prevención de riesgos.
Claves para elegir el equipamiento adecuado
Seleccionar el equipamiento de protección correcto es una cuestión que debe tomarse con rigor. Estas son algunas claves:
- Evalúa el entorno de trabajo: no es lo mismo trabajar en estructuras metálicas al aire libre que en interiores o espacios confinados.
- Conoce el tipo de tarea: algunos trabajos requieren libertad de movimiento, otros estabilidad, y otros incluso suspensión prolongada.
- Asegúrate del cumplimiento normativo: los arneses deben cumplir con la norma EN 361, y las líneas de vida con la EN 795.
- Prioriza la calidad: la protección para trabajar en altura no admite materiales de baja resistencia ni diseños obsoletos.
El mantenimiento también protege
No basta con tener el mejor equipamiento de protección si no se cuida. Los arneses y las líneas de vida deben revisarse antes de cada uso, comprobar costuras, mosquetones y cintas. También deben ser inspeccionados regularmente por personal cualificado. La durabilidad depende del uso, pero también del almacenamiento, limpieza y mantenimiento.
La seguridad no es un complemento, es una prioridad
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